lunes, 16 de julio de 2007

LEPERO…


¿EPR?

La reivindicación de las explosiones en gasoductos de PEMEX por parte del Ejercito Popular Revolucionario aún deja dudas en el aire.

Muchas cosas acerca de esta guerrilla no quedan muy claras. Es muy raro, por ejemplo, que los ataques más recientes se hayan dado cuando el PAN está en aprietos; las explosiones en los cajeros de PEMEX cuando el conflicto electoral estaba en su punto máximo y ahora las bombazos coinciden con la crisis de credibilidad que destapo el “chino incomodo”.Precisar quién es el mentado chino
Tampoco es muy claro como es que una guerrilla que pretende “hostigar al gobierno ilegítimo” atenta contra una paraestatal que, ya de por sí, padece los embates privatizadores de las presidencias neoliberales y cuya devaluación puede servir como excusa para forzar su privatización. Por lo que actúan a favor de los intereses que pretenden combatir.
Lo anterior no significa negar el trasfondo social de la guerrilla en México “Hemos surgido de la tristeza de los huérfanos y viudas, de la ausencia de los seres queridos desaparecidos, del dolor de los torturados, del coraje de los encarcelados injustamente, de la incertidumbre de los perseguidos sociales y políticos, de la situación social que mata diariamente con represión, miseria, hambre y enfermedades, así como del abandono de los niños de la calle” dice el Manifiesto de Aguas Blancas, que fue leído el 28 de junio 1996 cuando el EPR hizo su aparición en el escenario político mexicano a un año de la masacre perpetrada por los cuerpos represivos del gobierno en contra de 17 campesinos de la sierra de Guerrero.
Pero si deja en duda la veracidad de una acusación que bien podría ser otro intento de legitimar el gobierno de Felipe Calderón, con la cual el despliegue militar tiene pretexto para intensificarse y se justifican las tendencias autoritarias y represivas del poder que pisotean las garantías individuales, los derechos humanos y, de paso, sirven para inculpar a otras organizaciones de izquierda como la APPO (a la que ya se le vincula con el EPR) o el PRD y por ende a Andrés Manuel López Obrador. Las palabras “gobierno ilegitimo” ayudan con esa conclusión y si se recuerda que el EPR se dio a conocer durante un evento precedido por Cuauhtémoc Cárdenas, peor.
Aunque de ser ese el caso los hechos se han manejado de una manera bastante torpe ¿por que? En un inicio se explicó que había existido una baja de presión que… bla, bla, bla… en fin tecnicismos que quedaron como simples mentiras una vez que se reveló la verdad, y que dejan al descubierto una de dos realidades (ninguna buena, por cierto) por un lado, que no se cuentan con los recursos para prevenir y evitar ataques con lo que se demuestra la incompetencia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) que falló en su tarea de prevenir y alertar sobre riesgos que afectan a la seguridad nacional; o, por otro lado, el encubrimiento de datos importantes en una situación que afecta a todos los mexicanos.Por donde se le vea estos acontecimientos son un extremo de la polarización política del país que dejará consecuencias permanentes y que probablemente el gobierno federal no contemple para la atención de los conflict

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