lunes, 2 de julio de 2007

La Marcha Gay - PRIMERA PARTE-

La circulación en la Avenida Paseo de la Reforma fue interrumpida para dar paso a los disfraces, los tráileres y los colores arcoiris de la XXIX Marcha del Orgullo Gay. A las 11 a.m. del sábado 30 de junio del 2007 (una hora antes de lo planeado) lesbianas, gays, bisexuales y transexuales se dieron cita en el Ángel de la Independencia.

En el trailer del Hibrido (un antro en de la Zona Rosa) comenzaron los biales, las porras y los gritos de “viva la diversidad” con el fin de exaltar el animo de los asistentes.

Conforme pasaba el tiempo la gente se seguía acumulando y la desorganización se hacía evidente, los contingentes se revolvieron y la reina del año anterior, Rocío Banquells, estaba “perdida en la multitud”.

Pasadas las 12:00p.m. él presentador hizo un alto “al desmadre, vamos a explicar las razones que motivan a la comunidad gay a manifestarse” (por fin gritar viva la diversidad parecía un poco redundante con tanta bandera arcoiris enfrente, atrás, a un lado y al otro). El lema de la marcha Nombrando realidades, cambiando sociedades era una celebración por la Ley de sociedades de convivencia “por supuesto aún falta mucho la lucha gay sigue, ¡Viva la diversidad!” (¿Otra vez?, ¿nada más?).

Alrededor de la 1:30, Rocío Banquells hizo acto de presencia, se disculpó por la tardanza, canto un par de canciones y dio banderazo de inicio a la marcha. “!Las lesbianas ya se adelantaron¡” se escucho decir a un organizador. Los transexuales debían ser el primer contingente, la principal demanda era de ellos, derecho al reconocimiento de su verdadera identidad, su consigna “no son ilegal soy transexual”.

El paso por Reforma fue acompañado por la de la batucada de la LESBIANDA el espectáculo de los que bailaban al ritmo de los tambores entusiasmaba incluso a los mirones, que no se salvaron del clásico grito “esos mirones también son maricones”.

Mientras los contingentes universitarios, la asociación de padres y madres de gays y lesbianas, mujeres de acero, etc., desfilaba rumbo al Zócalo con pancartas como “la homosexualidad no es un delito, la homofobia si” o “alto a los crímenes de odio” y “es un honor tener un hijo gay”, el centro de atención de los espectadores se centraba en los disfraces de las “vestidas”, las Fridas, las Norbertas Ribera, los/las ángeles, las colegialas, las princesas, los transexuales desnudos, los carros con propaganda, etc.

Algunas de las consignas no eran claras, y en ocasiones los gritos parecían más destinados a llamar la atención que a hacer publicas las demandas de la comunidad LGBT. Sin embargo, el poder de convocatoria de la marcha era evidente, porque al alcanzar la Avenida Juárez aun había gente en el Angel.

Más atrás se encontraban los vistosos traileres llenos de muchachos bailando la música de siempre (ósea la música electrónica ya conocida en los antros gay), tomando como siempre, y promocionando los ya grandes emporios del esparcimiento gay en la Zona Rosa: Cabaretito (en todas sus presentaciones), Lipstick y Living, por mencionar algunos.

Cerca del Hemiciclo a Juárez, un pequeño grupo de cristianos rezaban por las almas de los desfilantes “Dios sólo hizo una naturaleza”, aunque las palabras eran fuertes “hijos degenerados” por ejemplo, no parecieron inmutar la alegría del festejo.

A fin alrededor de las 3:30 la marcha llego a la calle de Francisco I. Madero, la presencia de observadores “bugas” era mayor, tanto que impedía el paso de los enormes trailers y retardo la entrada al Zócalo casi por media hora.

CONTINUARA...

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