domingo, 8 de julio de 2007

Un actor del pueblo: Entrevista con Ernesto Gómez Cruz -SEGUNDA PARTE-

Fue de regreso en su natal Veracruz que conoció lo que era el teatro, y es en ese momento que entiende su vocación. Debutó en la obra Las Cosas Simples de Héctor Mendoza: “Decidí entonces que debía venir a la ciudad de México a conseguir una oportunidad, aproveché una obra que compitió en un programa de teatro foráneo. Veracruz tuvo la fortuna de concursar con la obra Cada Noche Muere Julieta de Federico Schroeder Inclán, y utilicé la ocasión para solicitar una beca, porque yo vine aquí sin un centavo, con una mano delante y otra atrás”.

No fue fácil, habiendo superado la mayoría de edad y sin educación secundaria, la posibilidad se veía remota. Pero, la insistencia del joven de 20 años logró que el INBA tomara en cuenta su trabajo: “me dieron media beca y cabida en un habituario detrás del Palacio de Bellas Artes”, ahí vivió 3 años.

Pasado el primer año de su estancia en México, su mujer decide dejar Veracruz, con todo y niño, para buscar al actor: “se la jugó, no le gustó seguir a expensas de la familia, lo maravilloso fue que no venía a reclamar nada –alivio- sino a buscar mi ayuda, y resultó un gran apoyo para que yo siguiera estudiando”.

“Una carrera en las artes es muy difícil cuando no se tienen los medios económicos para poder pagar una escuela, es muy difícil cuando no tienes la preparación escolar adecuada, es muy difícil cuando estás solo y no te apoya nadie. Por eso me siento muy orgulloso de mi trayectoria”.

El esfuerzo y la dedicación han sido parte importante para la realización de sus logros “pero también mi trato y el respeto que yo les guardo a los compañeros y amistades que he conocido en el camino y que me han echado la mano de alguna forma: un consejo, una recomendación, una invitación para una obra de teatro o para una película”.

Y es gracias a un amigo, Sergio Jiménez, que consiguió su debut cinematográfico en la película que cambió su vida: Los Caifanes. “Fue algo raro, cuando veía en la pantalla a los grandes actores como Javier Solís, Jorge Negrete, Pedro Infante, Arturo de Córdoba, nunca, ¡nunca! me imaginé que yo pudiera estar en la pantalla también, yo vine a estudiar teatro, pero en mis cuarenta y tantos años como actor si he estado en 10 obras es mucho”.

Sus interpretaciones le han valido siete premios Ariel y la participación en más de 150 films “y gracias a Dios hasta la fecha me siguen llamando a participar en películas”.

Aunque sus compañeros de Aventurera le dicen maestro, Gómez Cruz no se ve dando clases en algún futuro cercano “primero porque me he alejado mucho del teatro y segundo porque quiero seguir siendo actor me creo aún con las capacidades completas”.

Como cuando era pequeño a Ernesto Gómez Cruz le gusta imaginar y ve al Blanquita como una carpa “como aquellas de donde surgieron los grandes actores, Cantinflas, Manuel Medel, Borolas, El mantequilla... a mí me hubiera gustado ser carpero.”

El actor comentó que siente tristeza al ver que los centros nocturnos y de variedad están casi aniquilados “Por desgracia este teatro está cerrado casi siempre porque ya no hay una variedad que lo pueda llenar, a excepción de la obra que se está presentando en estos momentos, que no es del todo teatro, sino un show cómico-musical. Parece que entre los jóvenes están de moda los bares, los table dance y las discos donde a la gente le da por estarse sacudiendo -lo ejemplificó muy bien bailando- no se que tengan. Por suerte Aventurera se ha mantenido por 10 años con público de sobra a excepción de cuando llueve –comentó volteando a ver si sus calcetines ya estaban secos- porque la gente prefiere quedarse en su casa”

De la generación de actores que están destinados a continuar la tradición del cine y el teatro, el primer actor expresó con gran gusto conocer a gente muy inteligente, muy talentosa, que se ha abierto el paso a base de mucho esfuerzo. Pero criticó al gobierno por no dar apoyo a la cultura “no sé qué piensa esa gente, todo lo que sea popular lo tienen sometido, pero actores con talento hay de sobra. El teatro y el cine son nuestra imagen y están olvidados por el gobierno. Pero aún así los jóvenes se dan idea para poder participar en algunos proyectos”.

Así mismo, se quejó de las grandes televisoras por ser fabricas de galanes o estrellitas que no han dado resultados, con enojo señalo que la misión de “las horrorosas telenovelas es idiotizar al público”

CONTINUARA...

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